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La declaración de "Maravilla del Mundo", el 7 de julio de 2007, trajo consigo algunos cambios en el sitio arqueológico de Chichén Itzá. Como era de esperar, hubo que aplicar algunas normas nuevas. Esto trajo como consecuencia el cierre de ciertas áreas para proteger el patrimonio. Lo que inevitablemente cambia la forma en que los visitantes vieron el sitio. No hay quejas sobre las decisiones tomadas, pero seguro que nos hace apreciar lo que tenemos ahora y valorar las fotos de Chichen Itza que son imposibles de recrear.
Carlos Abreu Méndez fue una de las muchas personas que pudo ver Chichén Itzá desde un punto de vista único. Recientemente compartió en La Jordana, algunas fotos que tomó cuando visitó Chichén Itzá. Carlos compartió su satisfacción por haber logrado salvar esas fotos, ahora históricas. Ahora no es posible recrear esas fotos, ya que los lugares están restringidos.
Carlos, que tiene 82 años, mira sus fotografías y recuerda que, antes, en Chichén Itzá había acceso libre para visitar todas las construcciones e incluso escalarlas, captando escenas que ahora sólo serían posibles con un dron o un permiso especial. Pero claro, no sería lo mismo que subir a las rocas para sacar una foto.
Aunque Carlos cree que fue una decisión acertada para proteger la arqueología, hoy encuentra que sus fotografías tienen un valor incalculable porque, en su momento, pudo tomarlas desde donde quisiera.
Además, otras estructuras, como el Templo del Jaguar, tienen ahora protecciones de hierro que también le impiden recrear imágenes como las que pudo tomar hace más de 15 años cuando Chichén Itzá fue nombrada una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Foto de: Carlos Abreu Méndez
Antes de que todo esto ocurriera, "nos dio la libertad, a los que nos gusta la fotografía, de tomar fotos, cosa que ya no es posible", hace más de 60 años la zona arqueológica era completamente libre y se siente orgulloso de haber aprovechado esos tiempos para crear "material invaluable".
Pero reconoce que gracias a esta designación como maravilla del mundo, el alcance de esta construcción maya tuvo un alcance mundial, aunque la pandemia frenó su crecimiento. Pero aún así, es evidente la difusión de esta Maravilla del Mundo por todo el mundo.
En 1870-1880, Chichén Itzá recibía muchos visitantes y exploradores, gente que había llevado consigo las primeras cámaras fotográficas. Estas utilizaban un trozo de vidrio y necesitaban un proceso de negativo. Aun así, esto permitía obtener imágenes más claras y detalladas de las ruinas. Recordemos que los primeros exploradores sólo podían hacer infografías y dibujos muy precisos, por lo que las fotografías eran algo que iba a impactar al mundo moderno.
Durante esta época, los exploradores tenían una hipótesis sobre la conexión entre las diferentes civilizaciones de México. Algunos incluso se atrevieron a decir que estaban conectadas con antiguas civilizaciones de otras partes del mundo.
Durante 5 meses, en 1889, Alfred Percival Maudsaly y Henry Sweet, dibujaron y fotografiaron el sitio arqueológico de Chichén Itzá. Prestaron especial atención a la zona donde estaba el Cenote Sagrado y el Complejo de las Monjas.
Fuente: Yucatan Ancestral y La Jornada